Las primeras líneas de La Iliada sobre la cólera del pelida Aquiles (sin labios), que envía a la muerte a innumerables héroes, son muy curiosas:
Canta, diosa, la cólera de Aquiles, hijo de Peleo; detestable cólera que a los Aqueos ocasionó sufrimientos sin número y al Hades arrojó tantas almas audaces de héroes, en tanto que a esos mismos héroes convertía en presa de canes y de todas las aves del cielo...(I,1 y ss.)
¿Qué es el alma, esa psychè que va al Hades? La muerte, ¡sume al hombre en la nada total? No; el alma separada del cuerpo es un doble, una copia difuminada de la vida del individuo, en ella se reconocen los rasgos del ser vivo de antaño, si bien no hay en ella conciencia ni vida. Ese alma es semejante a esas formas sin densidad que se nos aparecen en los sueños. De hecho Aquiles ve el alma de su amigo Patroclo, en un sueño y quiere estrecharlo entre sus brazos, pero no es mas que una sombra. Aquiles se despierta, asustado, y, presa del horror al más allá, exclama:
¡Ah! ¡No hay duda! Un no sé qué vive aún en el Hades, un alma, una sombra en que no habita ya el espíritu. Toda la noche ha permanecido ante mi el alma del desdichado Patroclo, gimiendo, lamentándose...(Ibid., 103 y ss)
Lejos de ir al más allá como hacia un mundo nuevo de luz y de vida, la psychè, imagen sin consistencia (eidôlon) abandona la existencia terrena con pesar; se va como por fuerza, dando la espalda al nuevo ámbito en que va a entrar; así el alma de Héctor:
Apenas ha hablado, la muerte que todo lo acaba, le envuelve. Su alma sepárase de sus miembros y parte, volando, al Hades, llorando por su destino, abandonando la fuerza y la juventud (XXII, 361 y ss.)
Los griegos creían, pues , en una supervivencia del hombre mas allá de la muerte, pero esta supervivencia no es más que un recuerdo impotente de la vida pasada, una especie de pesadilla constante: el Hades es el reino de las lágrimas; las almas llegan a él llorando, tendiendo, para siempre, los brazos hacia un pasado que ya nunca podrán recuperar.
La inmortalidad significaba para los griegos la vida incorruptible de los dioses: ser inmortal equivalía a mantenerse fuerte y glorioso en el cuerpo físico, conservando sin esfuerzo la juventud. La inmortalidad era una fijación en lo eterno de los instantes más bellos de la vida de un hombre. Y el Olimpo de los antiguos limitóse a ser la proyección de este nostálgico ideal en el cielo luminosos de Grecia. Aunque sabían que entre los dioses y los hombres existía una barrera (un cielo de bronce, decía Píndaro). Por consiguiente, la muerte no era más que la sombra de una vida desvanecida para siempre. En conclusión, según Homero y los trágicos, la vida es la única realidad, y la muerte, su sombra descarnada. Y puesto que hay que morir, conviene siquiera "morir bien", con belleza, Kalôs Thanein.
Charles Moeller, "Sabiduría griega y paradoja cristiana"
En este enlace y dado que trabajamos en clase algo de la Iliada podéis conocer más a fondo como era el ejercito griego, especialmente los hoplitas (la infantería)

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